16 de diciembre de 2011

EL MICRORRELATO

DEL AGUA Y SU SABOR

No había estallado aún la guerra cuando ya estaban siendo condecorados. Premios prematuros que sólo son posibles porque unos ya sienten la derrota, acechante e ineludible, que les saluda desde lo más profundo de la materia gris. Unos le devuelven el gesto, otros le dan la espalda y fingen no haberla avistado - evasión de principiantes-. Las medallas eran pesadas como lingotes de oro y olían a fatuidad. Bebían vino y despreciaban el sabor a tragos largos. Me quedé observando desde mi materia roja y pensé que, al fin y al cabo, tampoco bebemos el agua por su sabor. Una vez más, la carencia estaba presente y lo llenaba todo: el vino por su color, el agua por su sabor y la guerra… por el amor.
Kris con K