Un chico de 14 años puede resolver este problema de dos ecuaciones con dos incógnitas sin dudar demasiado en su ejecución. Dicen que en los problemas de matemáticas encontramos a los únicos hombres que comprarían 200 melones o regalarían 50 gallinas a su vecino. Nos plantean problemas absurdos con un único fin: hallar la solución. El sentido del contenido no importa; ¿qué más da que el porcentaje "X" haga referencia a las acciones de una empresa o a la posibilidad de que alguien sea atropellado en un paso de cebra? Lo importante es encontrar la solución. Punto.
Cuando pensamos que alguien "no da para más" le estamos disculpando ese "más". Sin embargo, la gente todoterreno no goza de este perdón. ¿Por qué? Porque ellos pueden con todo y dan siempre para más.
El día en el que Pedro admitió no tener más que darle a Carla, asumió su incapacidad de amar. Quería quererla, estar con ella ofreciéndole lo mejor, su mejor. Pero Carla siempre daba más de sí y él no soportaba la decepción que él mismo se causaba al ver que los límites que ella no tenía, a él le asfixiaban e impedían el desarrollo de su dar. No se dio cuenta de que su "incapacidad" no era tal; Pero se había empeñado en establecer una igualación de capacidades desiguales.
Así que dejó a Carla para dejar de sentirse culpable de no estar a la altura. Dicen que cuando nos rodeamos de personas mejores que nosotros en algún aspecto "x", una especie de cuerda invisible tira de nosotros haciendo que alcancemos una posición pareja con respecto al grupo. El estar a la altura no es más que una variable dentro de una comparación. Alguien no está a la altura porque otro alguien ha marcado previamente esa altura. El bolígrafo marcó en la pared de papel una línea que determinó las posibilidades del siguiente que se acercara a esa pared para tomar su altura. El próximo estará por debajo o por encima de esa marca, y en el más insólito de los casos, podrá coincidir, igualándola.
Las comparaciones son odiosas. Si cada uno viviera aislado pudiendo desarrollar sus propias capacidades al margen de las capacidades ajenas, no cabría la posibilidad de sentirse por encima o por debajo de nadie. Parece ser que el hombre tiende indefectiblemente a mirar a su derecha y a su izquierda, y olvida que su mirada debería apuntar siempre hacia el frente. ¿Cómo vamos a hacer explotar nuestra gran bomba de la capacidad si en lugar de detonarla cruzamos los dedos para que la de los demás no explote?
Tú eres tú, y yo soy yo. Basta de parangones y miedos. Conócete, aprende de tus errores, examina tus límites porque posiblemente estén en una posición mucho más elevada de lo que crees o te hacen creer. La capacidad de amar no es más que eso: una variable "x" abocada al éxito o al fracaso. Que tu capacidad no se hunda porque se encuentre en un mar de incapacidades atadas como piedras a tus pies. Si no llegas, no logras, no consigues... despeja la incógnita "x", deduce, reflexiona, exprímete los sesos... Pero nunca, pero NUNCA, dejes el problema sin resolver. La solución está delante de ti; no mires a tu alrededor, no busques excusas ni intentes convencerte. La falsa valentía no se la cree nadie.
Antonio dice a Pedro: "el amor que siento por ella es el doble del que sientes tú", y Pedro contesta: "No existe proporción entre las variables. No hay problema que resolver".
Las comparaciones son odiosas. Si cada uno viviera aislado pudiendo desarrollar sus propias capacidades al margen de las capacidades ajenas, no cabría la posibilidad de sentirse por encima o por debajo de nadie. Parece ser que el hombre tiende indefectiblemente a mirar a su derecha y a su izquierda, y olvida que su mirada debería apuntar siempre hacia el frente. ¿Cómo vamos a hacer explotar nuestra gran bomba de la capacidad si en lugar de detonarla cruzamos los dedos para que la de los demás no explote?
Tú eres tú, y yo soy yo. Basta de parangones y miedos. Conócete, aprende de tus errores, examina tus límites porque posiblemente estén en una posición mucho más elevada de lo que crees o te hacen creer. La capacidad de amar no es más que eso: una variable "x" abocada al éxito o al fracaso. Que tu capacidad no se hunda porque se encuentre en un mar de incapacidades atadas como piedras a tus pies. Si no llegas, no logras, no consigues... despeja la incógnita "x", deduce, reflexiona, exprímete los sesos... Pero nunca, pero NUNCA, dejes el problema sin resolver. La solución está delante de ti; no mires a tu alrededor, no busques excusas ni intentes convencerte. La falsa valentía no se la cree nadie.
Antonio dice a Pedro: "el amor que siento por ella es el doble del que sientes tú", y Pedro contesta: "No existe proporción entre las variables. No hay problema que resolver".