25 de noviembre de 2011

La capacidad variable de amar

    Antonio dice a Pedro: "el amor que siento por ella es el doble del que sientes tú", y Pedro contesta: "si tú me das un 25% de tu capacidad de amar sentiremos los dos la misma cantidad de amor". ¿Cuánta capacidad de amar tenía cada uno?

    Un chico de 14 años puede resolver este problema de dos ecuaciones con dos incógnitas sin dudar demasiado en su ejecución. Dicen que en los problemas de matemáticas encontramos a los únicos hombres que comprarían 200 melones o regalarían 50 gallinas a su vecino. Nos plantean problemas absurdos con un único fin: hallar la solución. El sentido del contenido no importa; ¿qué más da que el porcentaje "X" haga referencia a las acciones de una empresa o a la posibilidad de que alguien sea atropellado en un paso de cebra? Lo importante es encontrar la solución. Punto.

    Cuando pensamos que alguien "no da para más" le estamos disculpando ese "más". Sin embargo, la gente todoterreno no goza de este perdón. ¿Por qué? Porque ellos pueden con todo y dan siempre para más.

    El día en el que Pedro admitió no tener más que darle a Carla, asumió su incapacidad de amar. Quería quererla, estar con ella ofreciéndole lo mejor, su mejor. Pero Carla siempre daba más de sí y él no soportaba la decepción que él mismo se causaba al ver que los límites que ella no tenía, a él le asfixiaban e impedían el desarrollo de su dar. No se dio cuenta de que su "incapacidad" no era tal; Pero se había empeñado en establecer una igualación de capacidades desiguales.

    Así que dejó a Carla para dejar de sentirse culpable de no estar a la altura. Dicen que cuando nos rodeamos de personas mejores que nosotros en algún aspecto "x", una especie de cuerda invisible tira de nosotros haciendo que alcancemos una posición pareja con respecto al grupo. El estar a la altura no es más que una variable dentro de una comparación. Alguien no está a la altura porque otro alguien ha marcado previamente esa altura. El bolígrafo marcó en la pared de papel una línea que determinó las posibilidades del siguiente que se acercara a esa pared para tomar su altura. El próximo estará por debajo o por encima de esa marca, y en el más insólito de los casos, podrá coincidir, igualándola.

    Las comparaciones son odiosas. Si cada uno viviera aislado pudiendo desarrollar sus propias capacidades al margen de las capacidades ajenas, no cabría la posibilidad de sentirse por encima o por debajo de nadie. Parece ser que el hombre tiende indefectiblemente a mirar a su derecha y a su izquierda, y olvida que su mirada debería apuntar siempre hacia el frente. ¿Cómo vamos a hacer explotar nuestra gran bomba de la capacidad si en lugar de detonarla cruzamos los dedos para que la de los demás no explote?

    Tú eres tú, y yo soy yo. Basta de parangones y miedos. Conócete, aprende de tus errores, examina tus límites porque posiblemente estén en una posición mucho más elevada de lo que crees o te hacen creer. La capacidad de amar no es más que eso: una variable "x" abocada al éxito o al fracaso. Que tu capacidad no se hunda porque se encuentre en un mar de incapacidades atadas como piedras a tus pies. Si no llegas, no logras, no consigues... despeja la incógnita "x", deduce, reflexiona, exprímete los sesos... Pero nunca, pero NUNCA, dejes el problema sin resolver. La solución está delante de ti; no mires a tu alrededor, no busques excusas ni intentes convencerte. La falsa valentía no se la cree nadie.

    Antonio dice a Pedro: "el amor que siento por ella es el doble del que sientes tú", y Pedro contesta: "No existe proporción entre las variables. No hay problema que resolver".

5 comentarios:

  1. Absolutamente TODAS las comparaciones son odiosas, incluso en aquellas en las que el propio YO sale favorecido.

    Me encanta como escribes. Me encantan tus ideas. Creo que expresas muchas cosas que todos tenemos en la cabeza. Sigue así, ya eres ESCRITORA.

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  2. Las comparaciones son odiosas si solo pretendes destrozar a aquel con quien te comparas, si no, siempre pueden ser constructivas y necesarias.
    La comparación te da una nueva meta, te puede ayudar a explotar tus posibilidades. Aislado, te puedes perder, acobardar o hacer más pequeño, siempre debería haber algo mejor a lo que aspirar.

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  3. Cada uno con su opinión sois bien acogidos en este blog. Esther, gracias. Anónimo, aspiremos siempre a más (nuestro propio más). ¡Estoy contigo!

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  4. Cada vez mejor, K. Psicología, sutileza, profundidad... y con un lenguaje personal y expresivo. Sólo hay que "compararse" con uno mismo para comprobar que crecemos.

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  5. Somos lo que somos por comparación. Es la forma de medir nuestras capacidades y aptitudes y la forma en que fijamos nuestras expectativas sobre los demás. Y esto es un arma de doble filo, se puede utlizar como instrumento para mejorar o como forma de sentirnos infelices.

    Esperamos lo que esperamos de los demás por comparación y esta es una de las formas de matar lentamente cualquier relación (amistad/pareja/familia) ya que no dejamos que cada uno nos de lo mejor que tienen dentro.

    Muy bueno el relato, me ha gustado especialmente la frase:"se había empeñado en establecer una igualación de capacidades desiguales."

    http://www.youtube.com/watch?v=G4xfpY-Ey2Y

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